sábado, 17 de octubre de 2009

"La libertad primera y última"


"Ama et fac quod vis". Si amas podrás hacer lo que quieras...
Pero si comienzas haciendo lo que quieres, o lo que no quieres, obedeciendo a sistemas, ideas, ideales o prohibiciones de cualquier doctrina, jamás amarás.

Lo siguiente es un extracto del libro "La libertad primera y última", de Jiddhu Krishnamurti (12 de mayo, 1895 – 17 de febrero, 1986). Un pensador contemporáneo el cual nos hace ver desde otro lugar a Dios, no desde la creencia sino desde hacer propia la experiencia del Amor en nuestra vida. Para mi, Krishnamurti es el pensador y filósofo mas importante de los ultimos tiempos.
Lean con atención porque de seguro, muchas de las verdades aceptadas y no pensadas, se pondrán de cabeza y nos harán reflexionar sobre cuánto de Dios conocemos y si creer como creemos es realmente CREER.
Pregunta: La creencia en Dios ha sido un poderoso incentivo para vivir mejor. ¿Por qué niega ud. a Dios? ¿Por qué no trata de hacer revivir la fé del hombre en la idea de Dios?
Krishnamurti: ... Yo no niego a Dios; sería una necedad hacer tal cosa. Sólo el hombre que no conoce la realidad gusta de palabras sin sentido. El hombre que dice que sabe, no sabe; el hombre que está viviendo la realidad de instante en instante, no tiene forma de comunicar esa realidad. La creencia es una negación de la verdad; la creencia impide la verdad; creer en Dios no es encontrar a Dios, porque la realidad es lo desconocido, y su creencia o no creencia en lo desconocido es una mera proyección de udstedes mismos y por lo tanto no es real. En primer lugar ¿Por qué creen? Creen porque eso les brinda satisfacción, consuelo, esperanza y decís que dá sentido a la vida. Su creencia tiene más bien un valor escaso, porque creen y explotan a su prójimo, creen y matan, creen en un Dios universal y se asesinan entre uds. El hombre rico también cree en Dios, explota cruelmente a los demás, acumula dinero y luego edifica un templo o se hace filántropo.
(...)Los hombres que dicen que creen en Dios han destruido la mitad del mundo y la otra mitad sufre y padece. Por causa de la intolerancia religiosa existen las divisiones de la gente en creyentes y no creyentes, lo cual conduce a las guerras de religión. Esto indica cuán inclinada a la política está su mente.
¿Es la creencia de Dios un poderoso incentivo para un mejor vivir? ¿Por qué desean un incentivo para vivir mejor? Su incentivo, seguramente, tiene que ser su propio deseo de vivir de un modo puro y sencillo, ¿no es así? Si esperan algo de un incentivo, no esperan hacer la vida posible para todos sino tan solo su incentivo, que es diferente del mío; y nos peleamos por el incentivo. Más si vivieramos felices juntos, no porque creamos en Dios sino porque somos seres humanos, entonces compartiremos enteramente los medios de producción a fin de producir cosas para todos.
(...)Todos uds. creen de diferentes maneras, pero sus creencias carecen de cualquier realidad. La realidad es lo que son, lo que hacen,lo que piensan; y su creencia en Dios es una simple evasión de su vida monótona, necia y cruel. Más aún, la creencia divide invariablemente a los hombres: ahí está el hindú, el budista, el cristiano, el comunista, el socialista, el capitalista, y así sucesivamente. La creencia, la idea, divide; jamás une a la gente. Puede que juntes a unos cuantos en un grupo, pero ese grupo se opone a otro grupo. Las ideas y las creencias nunca son unificadoras; por el contrario son separadoras, desintegradoras y estructivas. Por lo tanto, vuestra creencia en Dios está de hecho extendiendo la desdicha por el mundo; aunque les haya aportado un momento de consuelo, en realidad les ha traído más desdicha y destrucción en forma de guerras, hambre, divisiones de clase y la acción despiadada de determinados individuos. Así pues, vuestra creencia carece totalmente de valor. Si realmente creyerán en Dios, si ello fuera para uds. una experiencia real, entonces en sus rostros habría una sonrisa; no destruirían a los seres humanos.
Ahora bien ¿Qué es la realidad? ¿Qué es Dios? Dios no es la palabra, la palabra no es la cosa. Para conocer aquello que es inconmensurable, que no pertenece al tiempo, la mente debe estar libre del tiempo, lo cual significa que la mente debe estar libre de todo pensamiento, de todas las ideas acerca de Dios.¿Qué saben acerca de Dios o de la verdad? Todo lo que saben acerca de Dios son palabras, experiencias de otros o algunos momentos de experiencias propias mas bien vagas. Eso con seguridad no es Dios, no es la realidad; no está fuera del ámbito del tiempo.(...) La mente, pues, debe estar libre de lo conocido, lo cual significa que debe estar en completo silencio, no ser forzada al silencio. La mente que logra el silencio como un resultado, como una consecuencia de una acción determinada, de la práctica, de la disciplina, no es una mente silenciosa. La mente forzada, dominada, moldeada, encuadrada y mantenida en silencio, no es una mente serena.
(...) Por lo tanto Dios, o la verdad, o lo que sea, es algo que se crea de instante en instante; y esto ocurre únicamente en un estado de libertad y espontaneidad, no cuando imponemos una disciplina a la mente de acuerdo con una norma. Dios no es cosa de la mente, no surge mediante la proyección de uno mismo; solo llega cuando hay virtud, es decir, libertad. La virtud es enfrentarse con el hecho de lo que ES, y el enfrentarse con el hecho es un estado de bienaventuranza. Sólo cuando la mente está dichosa, serena, sin ningún proceso en sí misma, sin la proyección del pensamiento, consciente o inconsciente, sólo entonces se manifiesta lo eterno.
FrankZippo

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